viernes, 7 de enero de 2011

Postales Urbanas

Después de mucho tiempo decidí retomar este blog, una vez terminado el penúltimo año de mi carrera. En esta ocasión, para conocer determinadas representaciones de la ciudad y cómo se construyen y modifican tales imágenes a lo largo del tiempo, es que presento algunas “postales urbanas” que otorgan un nuevo sentido a los análisis que se realizan desde la geografía urbana.En este contexto, se hace alusión a determinadas prácticas cotidianas que contribuyen a la recreación del territorio y a las denominadas “rugosidades”, según el término designado por Milton Santos para la acumulación de valor y capital fijo en un determinado ámbito espacial, en forma de “objetos urbanos” (edificios, autopistas, viviendas, comercios, escuelas) en este caso. Este territorio es modificado por determinadas lógicas políticas, económicas y culturales de sujetos y agentes sociales concretos.



El paisaje urbano es según Harold Carter, el resultado de la interacción de tres variables: el plano, el uso del suelo y la edificación, que dan lugar a múltiples escenarios urbanos, dependiendo de cómo interactúan tales variables. Además es necesario sostener que el paisaje urbano se asienta en el contexto del medio natural, por lo cual éste último resulta modificado por el grado de artificialización que se realice sobre el mismo. De esta forma, es dable hablar del desarrollo de una “segunda naturaleza” como afirmaba Marx en su obra “El Capital”.


Por otra parte, las ciudades como tales son un ámbito donde se concretizan múltiples usos del suelo que responden a las funciones que se les asignen desde la esfera político-institucional respecto a la ocupación del espacio y esta cuestión es de suma importancia cuando pensamos en la concentración de población y actividades en diferentes áreas urbanas.


Los usos del suelo agrupados forman unidades en la ciudad, por ejemplo: los usos del suelo residenciales en unidades son los barrios; o los usos industriales forman el área industrial o el parque industrial, los usos comerciales agrupados, constituyen el centro comercial o centro de negocios, los usos administrativos conforman el centro administrativo o área administrativa, etc.



Las etapas en la edificación están condicionadas por la situación socioeconómica y política del contexto provincial, nacional o regional en el que está inserta la ciudad, mas las ventajas que le brinda el territorio respecto al emplazamiento y la posición, sin dejar de tener muy en cuenta las riquezas naturales disponibles, es decir, el nicho ecológico en el que se encuentra la ciudad.


Entonces, si una ciudad se encuentra en una situación favorable para beneficio de sus habitantes, y los mismos obtienen algún tipo de financiamiento para la construcción, radicación o ampliación de una PYME (Pequeña Y Mediana Empresa) o en la instalación de comercios, se tendrá un crecimiento significativo. En cambio, si la situación económica y social de sus habitantes no es favorable, las etapas de edificación o crecimiento serán marcadas, alternas y cualitativamente en altos porcentajes, negativa; esta situación es observable de forma bastante creciente en ciudades latinoamericanas como los villorrios, las favelas, villas miserias, bidonvilles, etc.


El paulatino desarrollo de una ciudad desde el punto de vista de la planificación, desde las instancias estatales, conlleva importantes consecuencias para el ámbito físico-natural afectándolo en mayor o menor medida, por ejemplo a través de los problemas medio-ambientales como la contaminación atmosférica o la deforestación, en el caso de las zonas de las altas cuencas hídricas donde se modifica de forma sustantiva los regímenes de escurrimiento superficial cuando se producen períodos de fuertes precipitaciones.



Un poco de historia…


Si nos remitimos a la trayectoria histórica de las primeras grandes ciudades de la humanidad, podemos mencionar en primer lugar, que fueron construidas en el período neolítico cuando se generan las primeras prácticas agrícolas en el marco de las sociedades excedentarias del Asia Meridional de los ríos Tigris y Eufrates hacia el milenio 5000 A.C.



Las mismas fueron reemplazando el sistema del sedentarismo por una mayor movilización socio-cultural tanto desde el punto de vista de la población como del transporte de sus recursos alimenticios y semi-artesanales), de los ríos Tigris y Éufrates en 500 A.C que fue concluyendo en la aparición de los primeros núcleos urbanos y también en las primeras jerarquías de poder político y los primeros imperios asiáticos y norteafricanos.


Las ciudades greco-romanas, de la antiguedad clásica, que se erigen en grandes imperios, tienen por otra parte, una dimensión arquitectónica y administrativa radicalmente distinta, puesto que la población es más numerosa y se originan nuevas funciones urbanas ligadas a las nuevas actividades económicas y al tributo.
El poder político centralizado constituye una base importante para el ejercicio de la defensa y la guerra contra otros pueblos extranjeros, lo cual crea los cimientos para la formación de las primeras grandes obras de defensa como el caso de la muralla china. Con el florecimiento del comercio en Europa Occidental durante la Baja Edad Media, se va originando un nuevo grupo social y económico: la burguesía, el cual reune a los habitantes residentes en las pequeñas ciudades que comienzan a resurgir luego de la gran crisis sanitaria en las áreas rurales debido a la peste bubónica, traída desde el continente asiático.


Una vez quebrantada la unidad del feudo en el siglo XI, los habitantes rurales comienzan a trasladarse a las ciudades, que paulatinamente son reconstruídas luego de la caída del Imperio Romano de Occidente en 476 para tratar de desarrollar una nueva actividad laboral a través de la actividad comercial y artesanal (en pequeños talleres domésticos), más tarde el trabajador se convertirá en productor independiente. Así, las ciudades durante este período se convierten en un foco activo de comercio en pequeños mercados y ferias, donde los artesanos venden sus productos y los campesinos sus mercancías; por ese entonces los ámbitos urbanos habían crecido considerablemente e iban concentrando una mayor población que provenía de zonas rurales por falta de trabajo o por nuevas oportunidades de mejorar su calidad de vida.


Esta imagen es perfectamente trasladable hacia nuestros días, donde las migraciones son uno de los mayores fenómenos de movilidad social aunque, en la actualidad, los desplazamientos temporarios o permamentes campo-ciudad reconocen matices más amplios y complejos que en la antiguedad. En las ciudades medievales, los intercambios económicos están adaptados a la regla producción-consumo, puesto que los mercados como esferas del intercambio, contaban con límites de escasa extensión territorial y el crédito también comienza a introducirse en la vida política, social y económica de la época así como mercados más amplios y mercaderes que comienzan a llegar cada vez desde más lejos en los siglos XII y XIII.
Al finalizar el siglo XVI, los nuevos sistemas de transporte, que permitirán comunicar ciudades muy alejadas entre sí, le otorgan un gran y nuevo impulso al comercio, el cual posee ahora una dimensión transcontinental, y será la época de grandes descubrimientos y del Renacimiento, un contexto socio-cultural de gran relevancia para las grandes ciudades europeas del siglo XVI.


En retrospectiva, la denominada "conquista de américa" ha significado primeramente, una destrucción del legado cultural urbano de las sociedades Incas, Mayas y Aztecas, en tanto se fue originando durante el "largo siglo XVI" un fuerte trastrocamiento de las estructuras tecno-productivas de las comunidades originarias y una profunda ruptura del poder político que gobernaba por entonces en los imperios de mesoamérica y sudamérica, por la Corona Española.
Los territorios que fueron asolados por los españoles e ingleses durante la época de la conquista, fueron poblados progresivamente por los españoles, que erigieron nuevas ciudades y modificaron el sustrato físico-natural, eliminando los pastizales y creando los primeros problemas medioambientales que se han detectado en el continente americano, y creando los primeros conflictos de la construcción de los ámbitos urbanos con los medios naturales. Como se comentó antes, el comercio transatlántico se vio impulsado por el desarrollo de modernos sistemas de transporte, en Europa Occidental, con el objetivo de incentivar el dinamismo de las actividades comerciales con otros territorios más lejanos y de esa forma volver a crear grandes fuentes de riqueza para el crecimiento de la economía.


Sin dudas, la principal fuente de riqueza que obtuvieron los países colonizadores europeos, ha sido el tráfico de oro y plata desde las grandes minas de yacimientos de Potosí, en Perú a través del trabajo forzado conocido como "mita".
El crecimiento y desarrollo de las ciudades desde el siglo XIX, ha seguido un transcurso particular, donde se han establecido modelos generales similares en diferentes partes del mundo. Los diseños rectangulares y las plazoletas, han formado parte de la doctrina del “higienismo” que impulsaba la provisión de servicios ambientales básicos a las ciudades de mediados del siglo XIX, como respuesta a las condiciones de vida insalubres que predominaban en la imagen de la ciudad industrial europea.


En los países latinoamericanos, en el contexto de la consolidación de los modernos estados-nación, se configuraba una situación similar. Las ciudades de brasil, mexico y uruguay también han reflejado las disparidades del desarrollo socio-económico y esas diferencias se plasman en los diversos paisajes urbanos que poseen rasgos en común con ámbitos territoriales de otros países.


En el caso particular de nuestro país, y centrándonos en Buenos Aires,a mediados del siglo comenzaron a llegar migrantes que provenían en su mayoría de Europa Occidental a pesar de que los ideales inmigratorios del poder oligárquico eran otros. En este marco, las grandes urbes fueron adquiriendo un importante crecimiento natural de la población (producto de los saldos vegetativo e inmigratorio) a principios del siglo XX, generándose al mismo tiempo, migraciones rural-urbanas debido a los mercados de trabajo y a la ingente necesidad de mano de obra y capital para el crecimiento económico y el mejoramiento de las condiciones de vida.


La provisión de servicios básicos de saneamiento produce la conformación de un hábitat urbano más benigno para la población en general, aunque algunos sectores de escasos recursos que residen en zonas del primer anillo del AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires) estén en una condición privativa respecto a los servicios urbanos. El higienismo, que se trató de un paradigma que proclamaba el saneamiento ambiental en las grandes ciudades, se fue aplicando (si bien con realidades y matices opuestas) entre países diversos de Latinoamérica pero que con el transcurrir del tiempo, se constituye en un modelo a seguir por todos los países del mundo, sobre todo a mediados del siglo XX donde la mayoría de los países del mundo se encontraba en un estadio avanzado de urbanización en el contexto de la primera transición demográfica.


Durante el siglo XX muchos pensadores, políticos y arquitectos y urbanistas han reflexionado sobre que modelo de ciudad deseaban adoptar y cual de los que se proponía en los papeles, era el más adecuado. Las discusiones y las posiciones sociales, culturales y técnicas no han demostrado un genuino consenso entre las partes, por lo que en cada período de nuestra historia reciente se han plasmado geográficamente diferentes formas de “hacer ciudad” durante la gestión de cada gobierno. La construcción de modelos urbanísticos ha podido estudiarse o analizarse según la política en cuestión y los programas económicos que apoyaban en mayor o en menor medida determinados ordenamientos del suelo urbano.


El transporte ferroviario subsidiado por el Estado Peronista durante la primera mitad de la década de los años `40 había generado el impulso de la autoconstrucción de viviendas cercanas a las estaciones de tren y colectivo para disminuir las distancias reales y relativas hacia el ámbito laboral, el cual estaba conformado en gran parte por mano de obra industrial en el contexto del ISI (Industrialización por Sustitución de Importaciones) con escasa incorporación del factor capital a la producción.
“Las viviendas obreras” en Buenos Aires podían contar con un plazo de pago de hasta 30 años por parte de sus residentes, en ese sentido, la política nacional fue un verdadero símbolo de inclusión social y por otra parte, una época signada simultáneamente, por la disgregación de la condición de clase, puesto que los migrantes que provenían de países limítrofes y los migrantes europeos con escasa condición de asalarización constituían “un ejército industrial de reserva” en los términos teóricos de Marx. Su incorporación al mercado de trabajo aún estaba lejos de poder ser una realidad en un ámbito urbano que distaba de ser homogéneo en ese sentido. Así puede retratarse en origen de los sectores pobres de las ciudades argentinas y sobre todo de Buenos Aires, en el surgimiento de las villas miseria, que contrastaba con la imagen de progreso del paisaje urbano y las viviendas construidas en el marco de la cultura del trabajo.


En los años `50 las posibilidades laborales de muchos habitantes comenzaron a mostrar un panorama sombrío debido a la llegada al país de empresas y capitales extranjeros, lo cual ha ido deteriorando los lazos entre la sociedad y la política, en cuanto el país necesitaba reincorporarse al contexto internacional durante la segunda posguerra.
La tensión en el seno de los aparatos políticos produjo la pérdida de identidad del país con el peronismo a mediados de la década cuando el gobierno nacional y popular es derrocado por las fuerzas armadas durante la “Revolución Libertadora” y este conflicto profundo no habría de resolverse mediante el desarrollo de una vía pacífica con la sociedad sino que se tradujo en una re-configuración de la identidades urbanas y de las mismas ciudades que se vieron compelidas a nuevos diseños urbanísticos guiados por intereses corporativos, situación que ciertamente se profundizaría con el golpe militar de 1976.


El código de urbanización fue modificado en diversas ocasiones durante estos años y en los `80, cuando la ideología dominante y la crisis económica por la deuda externa llevan adelante un plan de erradicación de una gran cantidad de viviendas populares, de una cultura forjada por el proyecto populista de mediados de los `40 y de una identidad urbana que también sufrió un paulatino proceso de desarraigo simbólico y territorial.


Estos lugares fueron transformándose de tal forma que aún se reproduce (si bien con complejos matices) el modelo neoliberal y de desigualdad económico-social de los años `70.
Nos preguntamos por aquellas personas que perdieron su hábitat pero también su inserción en un ámbito laboral estable que tuvo su inicio cuando los migrantes comenzaron a residir en las grandes ciudades y que por complejas causas han ido perdiendo su capacidad de consumo y sus niveles salariales en un modelo urbano que teórica y empíricamente comenzó siendo abierto, flexible y participativo, a un modelo que ha profundizado la descentralización de muchas de sus funciones principales y se incentivó su perfil privatista respecto a la concentración del poder económico en sujetos y agentes sociales concretos, así como también una lógica de crecimiento segmentado y cada vez mas sectorializado.


En una situación de creciente vulnerabilidad como la expuesta para una parte cada vez más amplia de la población, se ha trastocado el sistema social de cobertura de servicios esenciales y en general, también se han incrementando las condiciones de desigualdad vigentes desde la apertura económica donde es posible observar claramente esta compleja realidad.

La privatización de servicios de transporte por ejemplo permite explicar como el país en su conjunto, y las ciudades en particular, comenzaba a transitar por otro camino, ya era muy difícil pensar en una planificación participativa porque esto iba contra los intereses de los particulares, léase el gobierno nacional, el capital extranjero y las grandes empresas transnacionales.


En este contexto, se apuntaba a un proceso de fragmentación social y territorial, porque la construcción de las viviendas familiares no seguía el patrón urbano de la primera mitad del siglo XX sino, por el contrario, los créditos hipotecarios no fueron (y en la actualidad en menor medida) asignados para la mayor parte de la población que necesitaba una vivienda digna, sino para aquellas personas con los recursos económicos y financieros suficientes que permitieran contemplar la posibilidad de adquirirla.


Por otra parte, la construcción de las viviendas del plan FONAVI, fueron una importante propuesta de los gobiernos locales para muchas familias, por ejemplo la “solución” habitacional de los denominados “monoblocks” existentes en barrios periféricos a la Ciudad de Buenos Aires. .Si nos detenemos por un momento a pensar en lo que ocurre actualmente podemos ver que el panorama general de los `90 no ha cambiado significativamente, pues el costo del suelo urbano se ha ido incrementando en los últimos años por diversas razones (cotización en dólares, mayor cercanía a los medios de transporte, etc.), por esta razón ha aumentado el número de familias que opta por el alquiler de viviendas, como era bastante habitual los barrios de La Boca y Barracas durante las décadas de 1910 y 1920, pero con una denominación común “conventillos” que abrigaban las ilusiones de progreso de familias italianas y españolas.



Breve recorrido por imagenes urbanas de la historia mundial, latinoamericana y argentina




Plano de una ciudad romana





Ciudad Romana



Polis Griega







Ciudad Medieval




Ciudad de la antigua Bolonia





Ciudades Latinoamericanas



Ciudad de Río de Janeiro




Ciudad de México



Ciudades de Buenos Aires





Conclusiones

Actualmente, con el Plan Urbano Ambiental, del que se discutirá en las próximas entradas, se han formulado y contemplado diversas posibilidades de desarrollo urbano en áreas degradadas ambientalmente y en zonas con un escaso equipamiento de servicios básicos como las villas y los asentamientos, que acentúan la marginalidad social y económica de sus habitantes respecto a la escolarización, el mercado de trabajo formal y otras formas de integración social.
Solo podemos pensar por ahora que la sociedad con sus derechos y libertades también es partícipe de la planificación urbanística y que las instancias gubernamentales deben coadyuvar con los ámbitos científicos y técnicos, para poder proyectar y concretar con diferencias y semejanzas con otras ciudades, un territorio urbano como el que algún día fue y que puede volver a ser.

domingo, 18 de julio de 2010

Pensar la ciudad: la planificación estratégica en Mar del Plata

Hoy propongo una lectura de un artículo publicado en la revista Café de las Ciudades, que expone un análisis muy interesante y que de alguna forma continúa el hilo conductor desde la 2º entrada que trataba sobre la construcción de un espacio urbano, tomando al barrio como unidad concreta de focalización. La ciudad de Mar del Plata como ámbito estratégico de políticas territoriales es el tema del trabajo titulado “Mar del Plata: de la ciudad real a la ciudad ideal” realizado por Mirta R. González y Alberto R. Villavicencio. Al final del mismo, algunas reflexiones sobre lo que tenemos que considerar prioritario a la hora de pensar por ejemplo de planificación por ejemplo a escala metropolitana, o local como en este caso.



Introducción

La ciudad de Mar del Plata se encuentra ubicada en el sudeste de la Provincia de Buenos Aires, Argentina, sobre la costa del Océano Atlántico. Este núcleo urbano surgió y creció a partir de la función turística y balnearia y a partir de ellas se concatenaron otras actividades que se transformaron en pilares de su desarrollo, como es el caso de la actividad pesquera y las industrias textil y de la construcción. Actualmente, al igual que otros centros urbanos latinoamericanos, esta ciudad ha mostrado un progresivo agotamiento de su modelo o perfil productivo anterior. En consecuencia, ha ocurrido un aumento constante de los índices de desocupación, desencadenando una preocupante situación social. Esta cuestión -entendemos- es consecuencia directa de las medidas macroeconómicas producto de la globalización de la economía, tales como la desregulación de los mercados, la regionalización e integración de grandes espacios, la variedad de modelos de organización de las empresas y gestión de la producción y las privatizaciones (García y otros, 1999).
El objetivo del presente trabajo es realizar un análisis crítico del Plan Estratégico Mar del Plata, sus debilidades y contradicciones. La metodología utilizada consiste en el análisis de los documentos oficiales, la observación participante y entrevistas a distintos actores.



Figura 1: Localización del área de estudioFuente: Sánchez, Magdalena y García, Mónica (1999)


Neoliberalismo y Pensamiento Único

En 1995, Ignacio Ramonet , director de Le Monde Diplomatique , incluía en la agenda del debate sobre globalización el concepto "pensamiento único", para referirse a la ideología con pretensiones universales e incuestionables que defiende el dominio absoluto de la economía y del mercado sobre las esferas políticas, sociales y culturales en el mundo globalizado (Arantes, Vainer, Maricato, 2000). Los orígenes de esta corriente de pensamiento se remontan a los inicios del Neoliberalismo. Los gobiernos de Margaret Tatcher en Inglaterra y Ronald Reagan, en los Estados Unidos, consolidaron el Neoliberalismo, aplicándolo a la administración estatal a través de políticas como la disminución del gasto social, desmovilización sindical, reforma y descentralización del estado, entre otras.
Con la vista puesta hacia las periferias capitalistas, el llamado "Consenso de Washington" expresó un conjunto de ideas comunes de las burocracias anglosajonas y organismos internacionales: desregulación de los mercados financieros y de trabajo, privatizaciones y apertura comercial (Cardoso,R. 2006).
Desde fines de los años ´70 e inicios de los ´80, el discurso acerca de "cómo hacer ciudad" y la "nueva cuestión urbana" se vieron impregnados de una nueva jerga económico - urbanística: gerenciamiento, gobernabilidad, flexibilización, oportunidad, revitalización urbana, competencia, pensamiento positivo. Vocablos que se vinculan con fines de la Guerra Fría, momento en el cual los ejércitos de los países centrales tomaron la vanguardia de la investigación científica y tecnológica y el gerenciamiento científico. Estos términos serán tomados desde aquí en adelante, como sinónimos de modernización. Y las empresas empezaran a formular sus Planes Estratégicos (Cardoso,R. 2006).
En este discurso sobre los "modelos de ciudad" se reiteran las referencias a las nociones de competitividad, eficiencia, equidad, ranking de ciudades, ciudad conectada, flexible, administrada cual empresa, con fuerte apoyo de estrategias de marketing (es decir, como mercancía a ser "vendida"). Todo ello, asociado a la "ciudad sustentable", como si de por sí fuera un atributo de la competitividad.
Durante los años noventa, en América Latina se llevaron a cabo importantes reformas macroeconómicas que confluyeron en una nueva agenda en las relaciones sociedad-estado y, por ende, generaron nuevas expresiones territoriales. La puesta en marcha de la denominada "segunda generación" de reformas del Estado reforzaron el carácter democrático, descentralizador de los cambios de los años ochenta y propugnados desde los organismos de crédito internacional y los gobiernos de la época.
En ese escenario, las ciudades latinoamericanas se propusieron encontrar alternativas para insertarse en el sistema mundial: tras la democratización política y los procesos de descentralización estatal, se produjo una revalorización del papel de los centros urbanos y de los gobiernos locales. Ese papel de actor social urbano que adquiere el municipio requeriría de la "participación activa" de la ciudadanía en la definición de nuevos mecanismos de intervención en el territorio (Borja, J., Castells, M., 1997).
En la Argentina, tradicionalmente los municipios se ocuparon de regular el uso y la producción de suelo urbano y de la construcción de infraestructura y equipamiento y la provisión de servicios básicos. Esta situación comienza a modificarse en los años noventa. El proceso de reforma del Estado, caracterizado por el ajuste financiero, las privatizaciones y la descentralización administrativa, situó a los municipios en un nuevo escenario y los obligaron a una "redefinición" de sus roles.
Como una consecuencia del ajuste realizado por el gobierno nacional, debieron hacerse cargo de los servicios de educación y salud (entre otros), sin los elementos fundamentales para soportarlo: transferencia de recursos y autonomía/autarquía suficiente para llevarlos a cabo. De esta manera, los gobiernos locales se convirtieron en receptores primarios de demandas sociales, ambientales, etc. Asimismo, empezó a producirse una feroz competencia entre municipios para atraer inversiones que generaran empleo.
El discurso de la Planificación Estratégica
La ciudad ideal del cambio de siglo ha sido modelada, a juzgar por la agenda urbana hegemónica difundida por organizaciones multilaterales, consultoras internacionales y gobierno local. Se sintetiza en la ciudad competitiva, globalizada, flexible, administrada cual empresa, con apoyo de estrategias de marketing, apta para aprovechar oportunidades con agilidad y a presentarse atractiva al mundo y a los inversionistas (Vainer, C. 2000). El "paraíso" utópico de la ciudad virtual puede revelarse como una máscara para la especulación financiera y para los grandes emprendimientos inmobiliarios. El estimulado civismo urbano puede encubrir el desprecio por la participación ciudadana.
Es así como un grupo "selecto" de ciudades es clasificada como "modelo" digno de ser imitado (Barcelona, Río de Janeiro, Curitiba, Singapur, entre otras), ciudades constituidas a partir de prácticas de gestión, indicadores urbanísticos y a lo que se ha dado en llamar "soluciones creativas" para los problemas urbanos. Esto conlleva a una adaptación simplista del modelo de planeamiento estratégico centrado en la promoción de la ciudad-imagen y en la potenciación de los aspectos mas controvertidos de la ciudad "posmoderna", como lo son la competitividad y el marketing, indispensables para atraer inversiones extranjeras.
Según Vainer (2000), en el discurso del planeamiento estratégico la productividad y la competitividad -propias de la economía global- constituyen la "nueva cuestión urbana", en contraposición a la cuestión urbana relacionada con el crecimiento desordenado, el consumo colectivo, los movimientos sociales urbanos. Para Vainer, el discurso del planeamiento estratégico se estructura sobre una serie de "analogías constitutivas":
-La ciudad es una mercancía y, como tal, puesta en venta en un mercado en donde otras ciudades también están en venta. De ahí la importancia del marketing de ciudades y la necesidad de esos productos urbanos, que bien pueden ser una oferta cultural o una imagen.
-La ciudad es una empresa, es decir, un agente económico que actúa en el contexto del mercado, sesgado por la competencia con otras ciudades, para atraer inversores. Asimismo, deberá ser gestada como una empresa.
-La ciudad es una patria y como tal debe generar un sentimiento de patriotismo cívico entre los habitantes, que es posible a través del consenso y del sentimiento de identidad y de pertenencia.
El autor intenta demostrar cómo, en este tipo de planeamiento estratégico, los intereses empresariales están en detrimento de la ciudad como espacio público y político: es el rasgo de la construcción de la ciudad sin ciudadanos.
Corta historia del proceso de Planificación Estratégica en Mar del Plata
Las políticas macroeconómicas han provocado un colapso de las actividades económicas tradicionales de la ciudad, generando una crisis productiva que se suma a la deteriorada situación socioeconómica nacional. Es en este contexto en el que se hace necesario pensar nuevas estrategias para reposicionarse y superar la problemática estructural, surgiendo la necesidad de una Planificación Estratégica del territorio. Sin embargo, muchos de los diagnósticos que se realizan previo a la formulación de los Planes Estratégicos carecen de un análisis dinámico, en tanto se formulan a la manera de simples descripciones de la situación del momento.
Las actividades previas a la concreción del Plan Estratégico para Mar del Plata tuvieron su inicio formal en abril de 2001, cuando diversas entidades se autoconvocaron conformando una "Junta Promotora"; en octubre de 2002 se sanciona la Ordenanza Municipal 14.957, por la que se crea la Comisión Mixta Plan Estratégico Mar del Plata. La misma convalida lo actuado por la Junta Promotora , coordinada inicialmente por el "Centro de Constructores y anexos" y sucesivamente por la Universidad FASTA , el Colegio de Ingenieros , el Colegio de Arquitectos, la Cámara Argentina de la Construcción y el Consejo Profesional de Agrimensura. Un 60 % de las instituciones que motorizaron este proceso respondían a intereses vinculados fuertemente con la rama de la construcción, al empresariado o a cámaras y colegios profesionales, con lo que corroboramos lo anteriormente señalado.
El proceso de funcionalización de cualquier tipo de espacio que quiera ser transformado conlleva una carga importante de conflictos en un doble sentido. Primero, por las tensiones por su apropiación entre distintos agentes; segundo, porque la funcionalización atribuida puede entrar en conflicto con los espacios circundantes. Por lo tanto, no nos hallamos ante un hecho neutro, sino con la modificación de un factor del sistema espacio-sociedad.
El Plan Estratégico para Mar del Plata se gestó con un fuerte perfil empresarial: el deseo que ha prevalecido no pasa por la apropiación de un excedente a través del proceso de producción de valor, sino solo el de apropiarse especulativamente de una parte del valor total generado por el sistema productivo, sin intervenir en dicha producción. El valor de nuevas localizaciones pasa a ser el centro de interés de determinados agentes-propietarios, agentes de compra-venta, de ahí la preocupación por participar en la decisión de calificación del suelo, o en el conocimiento de antemano de determinados proyectos urbanísticos. Los agentes constructores e inmobiliarios son los que asumen el papel de productores directos de espacio, conformando un grupo que, junto con las obras públicas, adquiere un volumen importante dentro de la producción de valor
En cuanto al Estado, tal como ha escrito Capel, "es a la vez agente que contribuye de forma decisiva en la producción de espacio y árbitro de los conflictos y contradicciones surgidos entre los diferentes agentes. Al mismo tiempo, realiza las acciones necesarias para la regulación del sistema en el caso de la existencia de una presión popular o a través de movimientos reivindicatorios, con lo que adopta un papel de agente subordinado y gestor del sector privado: incentivando a través de subvenciones, desgravaciones fiscales y otros mecanismos, con la reelaboración de un marco legal apropiado" (Ortega Valcarcel, 2000) . En este sentido, las recientes y constantes propuestas de modificación del Código de Ordenamiento Territorial (C.O.T.) marplatense, se condicen con nueva legislación referente a la construcción en la ciudad, reclamada por los agentes inmobiliarios urbanos.
En julio de 2003, la Junta Promotora efectúa el "Concurso de Antecedentes, Propuesta y Oposición para la confección de una propuesta de gestión para la elaboración del Plan Estratégico para Mar del Plata y el Partido de General Pueyrredon". Los postulantes presentaron su programa metodológico durante las "Jornadas de Exposición Pública" realizadas el 26 y 27 de Septiembre en el Honorable Concejo Deliberante. La Comisión Asesora elevo los dictámenes a la Comisión Mixta y esta designó ganador el proyecto presentado por el equipo liderado por el Arquitecto Roberto Monteverde.
El proceso todo de puesta en marcha del Plan Estratégico para Mar del Plata y el Partido de General Pueyrredon puso en manifiesto que algunos objetivos y empleo indiscriminado de conceptos resultan ambiguos, antitéticos y necesitarían mayores precisiones: desarrollo sustentable/competitividad, sociedad civil, calidad de vida, ya que usados en general, sirven casi para justificar cualquier práctica. Asimismo, cabe destacar que:
Los integrantes de la Junta Promotora -por sus características- parten de una visión "ingenua" sobre las posibilidades del desarrollo local y las ciudades como "gestoras de su propio desarrollo" y de la inserción en una economía global, acentuada por el Equipo Coordinador del Proyecto.
Por la dinámica, la convocatoria se convirtió en un proceso cerrado y dirigista (poco espacio para la discusión y la crítica) donde la toma de decisiones basada en el "consenso" termina siendo la sumatoria de opiniones y propuestas de los asistentes a distintas escalas pero sin discusión.
La lógica del plan excluye a la mayoría de la población: el proyecto prioriza la competitividad, la productividad y acentuará la fragmentación existente, ya que la mayor parte de las inversiones -públicas y privadas- están destinadas a los espacios de reproducción del capital y al sector turístico.
En el Plan Estratégico, los intereses empresariales están en detrimento de la ciudad como espacio público y político.
El "consenso" al que se alude no ha sido construido políticamente, sino que se enuncia bajo el supuesto de que todos los ciudadanos "vemos y vivimos" la misma crisis de la ciudad.
Se niegan los conflictos y tensiones existentes.
El diagnóstico corresponde a un espacio sin profundidad histórica, es una "fotografía "o imagen congelada del presente, no permite analizar qué es lo que pasó ni efectuar una prognosis. Se apoya en un deficiente empleo de indicadores, estadísticas, etc.
La metodología utilizada (FODA) no es neutra, ya que no permite identificar responsables. Al no jerarquizar problemas, lleva luego al listado de proyectos, sin ningún tipo de priorización.
Faltan referencias explícitas a la región (articulación sistema urbano, jerarquía, redes) lo cual no resulta llamativo, ya que la imagen-objetivo es la de la ciudad empresa, con aspiración de inserción en los espacios de la globalización y no con la región de pertenencia (localidades que compiten entre sí para atraer inversiones).
Tampoco hay referencias a la verticalidad provincia - nación.
Falta precisar a qué prácticas concretas, a qué redes de sujetos se aplican, cómo, etc.
Consideraciones finales
Por lo anteriormente expuesto podemos fundamentar que el proceso de planificación estratégica llevado a cabo en la ciudad de Mar del Plata y Partido de General Pueyrredon no parece dirigirse a la ciudad real sino a la ciudad ideal, la ciudad modelo, la ciudad turística. Esta divergencia de objetivos (ciudad para todos o ciudad para pocos) generará severas consecuencias territoriales, ya que:
Las intervenciones urbanas están siendo realizadas de manera diferencial, de acuerdo con objetivos meramente inmobiliarios y con rápidas tasas de renovación del capital. Ejemplo son los proyectos llevados a cabo durante 2005 para la concreción de la "IV Cumbre de las Américas", todos ellos localizados en el frente costero.




Figura 2: Puente Arturo U. Illia , situado en Punta Iglesia e inaugurado con motivo de la "IV Cumbre de las Américas 2005". Facilita el paso peatonal entre el Boulevard Marítimo y el mencionado sector .Esta construcción es considerada paradigmática de las obras del mencionado evento, conjuntamente con el Paseo de las Américas. Desde el Plan de Ordenamiento Territorial 2006, se considera que las obras de la Cumbre "marcan un rumbo distinto en la actuación municipal en materia de espacios públicos. Por un lado, han dotado a la ciudad de espacios de calidad (tanto por su proyecto como por su materialización); por el otro, indican un camino a seguir y profundizar" ("Documento base de trabajo. Plan de Ordenamiento Territorial para Mar del Plata y el Partido de General Pueyrredon". 23 de marzo de 2006). Sería importante que los logros del Plan Estratégico no se apoyen solamente en estas obras sino en una actuación más integral en el territorio local, con vistas a la inserción en la región sudeste bonaerense y en el MERCOSUR.


Figura 3: Vista del Parque San Martín, frente a Playa Chica. Este sector también fue reacondicionado para la realización de la Cumbre. Desde 2006 en adelante se dieron numerosas iniciativas de construcción en altura en esta zona.


El Municipio deja de ser el garante de los vecinos de la ciudad y se transforma en el auspiciante de las iniciativas inmobiliarias puramente especulativas (por ejemplo, la reciente construcción de torres en la costa, sector Golf y Playa Grande). Un caso reciente es el de los terrenos del asentamiento precario Villa Paso, en el cual se han ido relocalizando a los habitantes y ya se está planificando construir en altura, lo cual genera preocupación en sectores vecinales, como puede verse en una nota del diario La Capital.
Se profundiza la dualidad entre la ciudad turística y la ciudad interna, los barrios y sectores excluidos que no se benefician por las mencionadas intervenciones
El objetivo central de un Plan Estratégico, que debería ser mejorar la calidad de vida de la población a través de la creación de empleo y la inclusión social, termina siendo no cumplido. La ciudad real queda desdibujada por una ciudad ideal.




Figura 4: Recientes emprendimientos inmobiliarios en altura en la costa. En este caso se trata del sector lindero con Playa Grande, donde el valor del suelo adquiere valores muy altos. Se plantea como objetivo lograr –a través de una mirada "mas amplia"- un "reequilibrio urbanístico entre la ciudad turística mas consolidada y el resto del tejido" (Documento base de trabajo. "Plan de Ordenamiento Territorial de Mar del Plata y el Partido de General Pueyrredon". Mar del Plata 23 de marzo de .2006.) Sin embargo, al analizar los proyectos contemplados a futuro, se puede adivinar la continuidad de intervenciones sobre sectores donde la inversión del capital ya es importante o donde no se observan necesidades sociales. Esto se observa al analizar la distribución espacial de las futuros emprendimientos urbanos en calles comerciales como Güemes, Alem, Puan y de los denominados "nuevos equipamientos de jerarquía", además de la reestructuración del frente marítimo como los Proyectos Museo de Arte Contemporáneo, Parque Terrazas del Golf y Terminal de Cruceros.


Figura 5: Vista aérea de la costa marplatense. El privilegiado marco físico natural, que combina costas arenosas, acantilados, lomas y depresiones, ha posibilitado la explotación turística desde hace más de un siglo. Sin embargo, las construcciones en elevación sobre la línea de costa generan pérdida de la luz solar a partir del momento de declinación del sol por el oeste, restándole horas útiles a las actividades de playa. Por otro lado, otra consecuencia es la fragmentación de la ciudad en dos, la que mira al mar y la que mira las espaldas de los edificios. Este proceso es común en otros balnearios atlánticos bonaerenses (Reboratti, 1994).

Nuestra opinión no constituye en si una crítica despiadada o destructiva; consideramos que los discursos asociados al "pensamiento único" minimizan las diferencias y los conflictos existentes. Es necesario deshacer los consensos e incorporar al conflicto como instancia de la planificación, si es que ésta pretende ser horizontal y participativa.


Conclusiones

El pasaje de la ciudad real a la ciudad ideal es un tránsito complejo donde intervienen los intereses de los propios ciudadanos marplatenses y los denominados “desarrolladores privados”, que a través de su lógica mercantilista intentan constituir un modelo urbano cada vez más restringido, donde no se acaparan las necesidades de todos los sectores sociales, generándose una ciudad-mercancía donde prima el crecimiento para ciertos agentes económicos como los grandes inversores inmobiliarios. La ciudad de Mar del Plata ha sido desde la década de 1960 un creciente atractivo turístico para las masas, puesto que anteriormente era un destino sólo para los sectores acomodados de la sociedad y por otra parte en la actualidad se está generando un proceso de planificación estratégica que como bien se señala en el artículo, se excluye de las propuestas a la mayoría de la población. Nos seguimos preguntando entonces, ¿es esta una ciudad para todos? la respuesta parece ser clara porque el paso hacia una ciudad ideal no define qué ciudad queremos, puesto que estos proyectos de valorización capitalista del espacio se constituyen sin margen alguno de negociación-cooperación entre diferentes sectores sociales por lo que va perdiendo cada vez mayor relevancia la "ciudad real" donde se conjugan las prácticas cotidianas de la convivencia y de las relaciones sociales, y comienza a adquirir una mayor relevancia la ciudad competitiva que se presenta bajo la nómina de la "ciudad ideal". Esta situación está llevando a un proceso de renovación urbana en ciertas áreas y a la valorización del frente costero para la realización de diferentes operaciones inmobiliarias acordes con los intereses de los agentes estratégicos de la economía global, que se expresan en el valor de los nuevos emprendimientos. Una última reflexión es sobre el tema de la ciudad gestada como una empresa, porque esto nos permite pensar por qué se está deteriorando la calidad de vida de muchos ciudadanos marplatenses, no siendo atendidas debidamente sus diferentes necesidades por el estado local. Es muy importante considerar que las inversiones en determinados proyectos y áreas, excluye de la participación a otras personas, promoviéndose una mayor fragmentación del espacio físico y social por la lógica inherente a estos procesos de ordenamiento, realizado por actores que buscan el beneficio económico sin que se tengan en cuenta la realidad económica de la ciudad de Mar del Plata, y de que ésta ciudad continúe siendo uno de los ámbitos turísticos más importantes y dinámicos del país.

viernes, 7 de mayo de 2010

Los Asentamientos, las Villas y la precarización social

En la entrada anterior se expusieron algunas ideas sobre la categoría de “barrio” y su relación con la vida cotidiana, para explicar un poco la realidad cambiante en el tiempo y en el espacio en una especie de sinergia con nosotros mismos, que somos parte, directa o indirectamente, de ese espacio concreto.
Puesto que cotidianamente vemos una historia de la que no podemos aislarnos o parecer indiferentes, la cuestión que pretendo hacer mención hoy es la precarización social, pero definida según dos objetos geográficos: el asentamiento y la villa. El título de esta entrada iba a llamarse “Los Asentamientos y la precarización social”, pero quise agregarle el fenómeno socio-espacial de las villas, porque si bien comparten algunos rasgos en común, tienen más diferencias que semejanzas.

Con frecuencia, cuando nos referimos a estos fenómenos, el imaginario colectivo (en general) toma escasa conciencia de esta realidad y como resultado percibimos esa falta de participación de la ciudadanía para proponer elementos de análisis que al menos, en el corto plazo puedan ser útiles para la formulación de proyectos que alcancen a satisfacer las expectativas de la población de estos “lugares”.

Como primera aproximación podemos sostener (sin ánimo de homogeneizar las características de ambos ámbitos territoriales) que se trata de establecimientos que no se ajustan a los reglamentos políticos vigentes de ordenamiento urbano, sino que adopta la forma de viviendas autoconstruidas en zonas con un cierto deterioro ambiental, que se encuentran, en algunos casos en los límites de las ciudades. Esto implica las diferencias que exhiben las villas y los asentamientos, porque en general son las primeras las que históricamente se han ubicado en los “bordes” de las áreas urbanas, generalmente en aquellas con un crecimiento demográfico acentuado con respecto a otras, desde aproximadamente los años `30 en algunos casos específicos. En el caso de los asentamientos se pueden observar algunos rasgos propios, por ejemplo que son unidades habitacionales decididas y organizadas colectivamente y su desarrollo en cuadrícula. Esto es muy importante destacarlo porque en función de sus diferencias (espacio-temporales), serán posibles los planes destinados a mejorar la calidad de vida de sus habitantes o lograr la reubicación en otras zonas de la ciudad, visto el proceso de densificación poblacional que han experimentado en los últimos años ambos “espacios”.

Algo que me llamó profundamente la atención era el vacío conceptual sobre el que se manejaba la información empírica en diversos sitios de la web, por ejemplo asemejar completamente los rasgos característicos de las villas y los asentamientos. Es decir, la palabra “asentamiento” como una categoría identificable inexorablemente con estos dos ámbitos, como si se trataran ambos de la misma cosa. En estos casos es también donde tiene que actuar la vigilancia epistemológica, esto es, desprenderse de las nociones de sentido común e ir más allá, deconstruyendo una realidad que no es homogénea, ni en el campo de las relaciones sociales, referidas a las prácticas que construyen ese sentido de identificación con el “lugar”, ni en las posibilidades que tienen esas personas de incorporarse al mercado de trabajo formal, entre otras cuestiones.

Desde otro lugar, pero relacionado con lo anterior, las personas que pasaran a residir en estos espacios, no están exentas de diversas dificultades respecto a la obtención de un trabajo formal, por el estigma de por ejemplo “vivir en la villa”, que sociológicamente es un fuerte impedimento por sus características “identitarias”, mas que por su condición social relacionado con la pobreza. Desde el punto de vista teórico se han hecho bastantes esfuerzos por tratar esta cuestión y de proponer en la medida de lo posible algunas probables soluciones, pero en la práctica los planes de ordenamiento territorial no han dado resultados fructíferos y aún siguen apareciendo nuevos proyectos para empezar a cambiar esta realidad, que posee matices bastante complejos, porque tanto los asentamientos como las villas, como ya se mencionó, son diferentes unidades habitacionales, también en su raíz histórica, pero sí presentan un rasgo en común que es la significativa escasez de recursos de sus habitantes, con lo cual se reproduce, intergeneracionalmente, el círculo vicioso de la pobreza.

La precarización como fenómeno y problemática, enfocándonos concretamente en la Argentina, y con características similares en gran parte de América Latina (pero también en otras partes del mundo), es una consecuencia innata de los movimientos históricos del capitalismo, desde el último siglo, que produjo la progresiva escisión de los grupos sociales, pasando por períodos de relativa estabilidad política y períodos de coyunturas político-económicas de crisis institucional de forma alternada, que no hicieron mas que reducir las posibilidades de ascenso social y de acceder al mercado de tierras. Para continuar estos planteos, me he venido interesando bastante por algunos trabajos de María Cristina Cravino, antropóloga e investigadora del Instituto del Conurbano, que desde una lectura genérica de una de sus investigaciones más recientes, es necesario realizar una distinción, no solo conceptual sino también empírica, de la denominación de villa y asentamiento. Según la autora, las villas son una expresión territorial que comenzó a desarrollarse, si bien a un ritmo lento, y reiterando lo dicho, en la década de 1930, en un contexto de fuertes migraciones internas en nuestro país, paralelamente al deterioro de la mano de obra rural en algunas provincias del país.

Este “nuevo” proceso de urbanización en Buenos Aires, que comenzó a incorporar una mayor cantidad de habitantes a sus coronas metropolitanas (principalmente en la segunda corona), fue concomitante con el comienzo de la industrialización argentina. Pero el crecimiento urbano no pudo ser totalmente establecido dentro de los límites de la trama industrial, con lo cual se evidenció principalmente desde mediados de los `40, una masa de marginados del proceso productivo, o en su defecto, con una inserción inestable. Esta situación se tradujo en una primera y dificultosa experiencia de pérdida de capital simbólico y de precarización social, algo que sería mucho más palpable desde los años `90, con las profundas transformaciones en los mercados de trabajo, que tuvieron sus primeros indicios en las décadas de 1930 y 1940, época en la cual la huella de la marginalidad urbana se volvería a repetir, con espacios y tiempos desiguales, hasta la actualidad.

En el texto “Magnitud y crecimiento de las villas y asentamientos en el Área Metropolitana de Buenos Aires en los últimos 25 años”, Cravino señala las diferencias entre los dos objetos espaciales en cuestión, en un primer acápite menciona las características que presentan las villas y en un segundo punto, las que son propias de los asentamientos.

A continuación presento estas diferencias con el objetivo de superar estas nociones de sentido común que en ciertas ocasiones nos hacen perder de vista la especificidad para pensar los procesos que condujeron a estas realidades simétricas en un sentido y asimétricas en otro. En cuanto a las villas notamos una trama urbana irregular, con dificultades notables en la circulación de vehículos, las viviendas cuentan con diferentes grados de precariedad y poseen una alta densidad de población, que en los últimos años se fue acrecentando progresivamente por ejemplo en la Villa 31, que haremos mención más adelante.

La estigmatización, referida a como son percibidos por una parte muy significativa de la sociedad, y que tiende a reproducirse el tiempo, es otro de los rasgos característicos. Por otro lado, en los asentamientos nos encontramos con un amanzanamiento en forma de cuadrícula, y tal como da cuenta la autora, las prácticas en torno a la organización son desarrolladas en forma colectiva. Es en su mayor parte una localización sobre tierra privada, en ámbitos de alta fragilidad social, por ejemplo sobre terrenos inundables o basurales, con riesgos de todo tipo para sus habitantes. Los dueños de esas tierras las abandonaron y luego de un periodo de tiempo, la población asentada allí, puede realizar diferentes mediaciones en la esfera político-institucional para poder “legitimar” su derecho a permanecer en ese lugar. Por ello es que existen diferentes grados de heterogeneidad respecto al acceso a los servicios, al mercado de trabajo, y a poder alcanzar el derecho de tener una vida digna, con todas las complejidades que ello implica.

Otro de los factores que influye en las condiciones de vida de estos sectores de la población, por ejemplo en el aprovechamiento del agua, es efectivamente la degradación ambiental, como puede notarse en las inmediaciones a la Cuenca Matanza-Riachuelo, donde se nuclear una notable proporción de viviendas que carece de los recursos necesarios para obtener mejores condiciones habitacionales. No está de más decir que las autoridades políticas y jurídicas competentes no han realizado los esfuerzos necesarios para minimizar los riesgos ambientales, mediante el saneamiento hídrico, ni tampoco para erradicar el problema de la extrema pobreza que tiene nuestro país. En efecto, hace mas de treinta años se han venido proponiendo posibles respuestas a la degradación ambiental de la cuenca que atraviesa parte del sur del AMBA, pero en mi perspectiva aún esto continúa siendo una utopía.

Para ilustrar de alguna forma estos fenómenos que han venido expandiéndose en la Argentina en las últimas décadas, presento a continuación algunas fuentes estadísticas que expresan su comportamiento espacial y temporal tomando como referencia exclusiva al Área Metropolitana de Buenos Aires (se trata de un recorte territorial que expresa fuertemente la tendencia a la concentración de estos ámbitos socio-territoriales, pero es sólo un recorte que no revela la generalidad de la cuestión, pero si parte significativa de la misma).



Cuadro 1: Población en Villas y Asentamientos (2006)





Fuente: María Cristina Cravino, Juan Pablo del Río y Juan Ignacio Duarte. Infohábitat –instituto del Conurbano- UNGS


La información contenida en este cuadro representa la gravedad de la situación de informalidad en prácticamente toda la región, por lo que es importante mencionar algunos casos ciertamente paradigmáticos. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires no se registran asentamientos pero sí villas, en proporción significativa, una situación algo opuesta es la del partido de La Matanza que cuenta con un número elevado de asentamientos, pero con un valor inferior de villas comparativamente con el primer caso. Ahora bien, a pesar de la relativa homogeneidad detectada en el resto de los partidos del AMBA, el caso del partido San Martín es único en el muestreo realizado, pues contiene los valores más altos del área. Este proceso de deterioro de las condiciones de vida remite a los contextos históricos que desde el quiebre institucional de mitad de los `70 algunos sectores de la sociedad, no han podido reestablecerse en buena parte en el mercado de trabajo formal y residir en una mejor vivienda.
Esto es, a resumidas cuentas, lo que condujo al desarrollo de la denominada urbanización informal, que como se pudo notar más arriba, tenía sus raíces históricas en las circunstancias político-económicas desde la crisis del `30 y que fue una tendencia que se reforzó notablemente con el último golpe de Estado.

Por otro lado, el boom inmobiliario de los `90 en nuestro país por ejemplo, tendió a generar una imagen de falta de justicia territorial reflejada en las desigualdades sociales existentes que aún se mantienen, lo que permite hablar de la coordinación institucional, que condense los intereses sectoriales y la participación ciudadana en la planificación de la ciudad, tarea nada fácil pero absolutamente necesaria para reducir los márgenes de los “espacios de la riqueza” y los “espacios de la pobreza”, prestando atención también que en ambos espacios se yuxtaponen los niveles de calidad de vida por lo que no existen compartimentos estancos, las ciudades son entonces, en muchos casos, ámbitos de la reproducción desigual de las condiciones humanas de existencia por lo cual la planificación es solo un instrumento y un componente más del cambio pero no es el todo a partir del cual puedan modificarse los niveles de vida de la población en general y se regrese en cierta medida al Estado de Bienestar donde funcionó el planeamiento urbano reglamentario mediante fuertes incentivos peronistas.



Asentamientos en La Matanza

El partido es el de mayor extensión del denominado Conurbano Bonaerense (integrado por 24 partidos que rodean a la Ciudad de Buenos Aires) y uno de los más poblados de la Argentina. En un trabajo sobre este tema, Denis Merklen analiza las formas que han adoptado las tomas de tierras en La Matanza de familias que por determinadas circunstancias, se han organizado para adoptar esta estrategia para intentar superar, en parte, su condición de fuerte vulnerabilidad social en que se encontraban anteriormente.
Entre 1985 y 1986 este proceso adquirió connotaciones socio-políticas, puesto que estaban involucrados agentes municipales que posteriormente cumplieron un papel de mayor relevancia al otorgarse a estas familias, que se fueron ampliando en tanto accionar planificado, los derechos para instalarse en aquellas áreas que serían su lugar, aquel ámbito que de alguna forma reconoce su identidad. En palabras de Merklen: “Específicamente es la relación del grupo con el espacio urbano, no sólo con la tierra, lo que le otorga características específicas en tanto grupo social.

Se persigue una diferencia clara de la tradicional “villa miseria” y en tal sentido, habrá una estricta planificación física del asentamiento en la que se respeten rigurosamente las pautas del trazado urbano”. En tal sentido propone que esta forma de organización socio-territorial sea percibida y objetivamente sea analizada como un “barrio” en vez de cómo una villa, desde el punto de vista del trazado urbano, elemento que justifica esa distinción; por otra parte, se observa una gran continuidad con la perspectiva epistemológica de Cravino, que percibe al fenómeno de segregación social disgregado en estas formas dispares y semejantes que adquiere el derecho a la ciudad.



La urbanización del Barrio Carlos Mugica de Retiro



En el derecho a la ciudad hay una clara expresión de participación social con el objetivo de modificar la realidad actual donde en muchos ámbitos recrudece la pobreza y la marginación y ante lo cual no vemos consolidarse propuestas que pasen del discurso a la acción concreta. Somos conscientes de que en las “villas 31 y 31 bis” se definen hoy las políticas urbanas de Argentina según María Cristina Cravino, y esto de ninguna forma es algo menor, porque representa el ejemplo de un espacio urbano que se encuentra fuertemente deteriorado en relación con su área de influencia, donde se exhiben los rasgos de espacios de riqueza y de pobreza de manera conjugada como vimos antes.


La orientación de esta autora es por formación, antropológica, por lo que se prestan al debate las ideas sobre la cultura de “la villa” y como se “inserta” en la “cultura general de la sociedad”. Se trata de desnaturalizar lo naturalizado, de que “el estigma de vivir en la villa” no se convierta en una condición social impermeable a lo largo del tiempo, y podamos adoptar una mirada más amplia, que en su devenir se incorporen otros campos sociales o se modifiquen algunas prácticas existentes.

Sin entrar demasiado en culturalismos, debemos sostener que la urbanización de la villa no soluciona todos los problemas de la población sino que contribuye esencialmente a que esos habitantes puedan tener más posibilidades de incorporarse al mercado de trabajo formal, de que las futuras generaciones puedan tener acceso a una mejor educación y que no permanezcan en una condición de “marginados”. Pero lo cierto es que no es suficiente con “construir casas nuevas” o llevar servicios básicos a las viviendas sino que se necesita modificar las relaciones de los “polos estructurales” o sea de la población que reside actualmente en la villa, y el resto de la sociedad (aunque incorporemos indiferentemente la población en asentamientos) y eso se puede lograrse no solo con la urbanización de las villas, en este caso 31 y 31 bis sino también que la planificación urbana tiene que estar conducida por un contexto de bienestar económico con una intervención más directa del Estado mediante un cambio drástico en sus funciones, lo que supone una consistente articulación institucional a nivel sectorial a nivel municipal, provincial y nacional. La formación de una autoridad política, metropolitana, por otro lado, podría tener una gran relevancia para que esta situación, bastante compleja en diferentes dimensiones por cierto, no quede solo en la utopía.


El principal desafío hoy sin duda, es poder llegar a construir una ciudad sustentable, donde la solución de los problemas presentes no genere situaciones comprometidas para las futuras generaciones según reza el discurso oficial. Y esto es así no solo en cuanto a las cuestiones ambientales sino también para la organización socio-espacial de la ciudad, donde nosotros los geógrafos podamos aportar al menos algunas propuestas para que se lleven a la práctica. Para ello debe prestarse especial atención al desarrollo de políticas de inclusión, de manera que el transporte, los servicios, la vivienda y los equipamientos públicos sean puestos al alcance de toda la población. No obstante, la urbanización de “la 31” requiere de mucho trabajo en conjunto, pero otra de las discusiones gira en torno a si esta villa (Barrio Carlos Mugica) seguirá considerándose como tal o si será otra especie de gueto, donde dominen otras lógicas socio-culturales.

Es necesario mencionar también, que su nombre deviene de un acto puramente burocrático para asignar ciertos perfiles "clientelares" por parte de los gobiernos de turno. Pero lo que más debe rescatarse es la posibilidad que tendrán esos habitantes de tener un verdadero acceso y derecho a la ciudad y no permanecer con ese estigma del que había escrito Marcelo Corti, otro importante exponente de la revista virtual “Café de las Ciudades”. Es necesario por tanto, que se ponga ya mismo un límite estricto que impida que la villa continúe creciendo y densificándose, habiendo ahora un “mercado inmobiliario” que construye viviendas allí para lo cual se deduce que está constituyéndose una fuerte especulación del suelo urbano, porque a medida que va llegando más gente se va incrementando el valor de la vivienda, y para lo cual lo existe por ahora ninguna reglamentación que avale la negativa de un mayor crecimiento.


Postales urbanas del Barrio Carlos Mugica o también denominado "Villa 31"






Imágenes elocuentes que demuestran la realidad que describimos sobre la pobreza y la segregación urbana en Buenos Aires




A continuación algunas reflexiones que realiza Marcelo Corti sobre la problemática de la Villa 31:

“Tratase de elaborar un Plan Maestro para el sector de las dos comunidades y su entorno, aprobarlo junto a los habitantes del lugar y a las autoridades competentes en cada uno de los niveles (nacional y local), así como con los representantes de cada una de las diferentes concesionarias de servicios públicos.
La escala de la intervención demandada permite manejar adecuadamente cada una de las variables envueltas, congregando a cada una de las diferentes oficinas gubernamentales (urbanismo, vivienda, educación, salud, transporte, trabajo, justicia, cultura, seguridad, etc.), tomando como referencia el mencionado Plan Maestro para el área, a ser elaborado.
Buenos Aires necesita mostrar tanto el adecuado tratamiento de sus áreas “informales” socio-económicas y territoriales más frágiles, cuanto la cura de una herida innecesariamente expuesta desde hace tanto tiempo.
Por tanto la cuestión que se plantea no es para mí erradicar o no erradicar, sino construir ciudad articulando sus partes socio-espaciales fragmentadas”. (Marcelo Corti, La urbanización del Barrio Carlos Mugica de Retiro)


Para finalizar exponemos algunas últimas consideraciones que traslucen este panorama que hemos venido describiendo, sobre pobreza e informalidad, trabajando sobre la base de la dimensión espacial de la ciudad, que si nos remitimos a su concepción desde la geografía, el espacio es un producto social.


“La vinculación directa del crecimiento de la informalidad a la pobreza no es de reciente aparición en el debate, sino que ha estado presente desde tiempo atrás. Sin embargo, esa afirmación se desvanece cuando se observan en numerosos países tasas importantes de disminución de la pobreza al mismo tiempo que se produce un crecimiento de la informalidad. Y Argentina es un ejemplo de ello, ya que desde 2003 a la fecha, y más allá de las dudas que arrojan los datos del INDEC, resulta evidente que la pobreza ha disminuido. Al mismo tiempo, todo indica que la informalidad está siendo de manera cada vez más frecuente, la forma de acceso de los sectores populares al mercado de suelo. Según nuestros registros, en los 24 municipios que forman el Área Metropolitana de Buenos Aires (exceptuando la Ciudad de Buenos Aires) entre 2001 y 2006 la población en villas y asentamientos aumentó en poco más de 342 mil personas.”

Más adelante continúa diciendo:

“Finalmente, resta decir que la acción pública en tierra, vivienda y hábitat ha destinado en los últimos 5 años más recursos, ejecutado más soluciones habitacionales y alcanzado a más familias que la suma de toda la intervención del Estado en los últimos 30 años. Los impactos son múltiples y variados: hay villas y asentamientos que se regularizan y formalizan, miles de familias que mejoran sus condiciones habitacionales y también surgen nuevas situaciones de segregación socio territorial derivadas de las localizaciones y de la calidad de las nuevas urbanizaciones. Será necesario estudiar la evolución del fenómeno en los próximos años, ya que se podrá medir de manera más certera el impacto de las actuales intervenciones públicas para mejorar las condiciones urbanas en 80 barrios, en lo cuales se encuentran en ejecución proyectos (algunos a punto de finalizar), y los recientes anuncios de intervención en la totalidad del fenómeno.” (Equipo Infohábitat, Pobreza y mercado del suelo en el Área Metropolitana de Buenos Aires).


Conclusiones

Podemos empezar pensando que la planificación urbana es una solución a los problemas habitacionales que existen en estas áreas, pero se necesita también de la implementación de políticas de estado para remediar el contexto social actual, que produce un importante deterioro de las condiciones de vida; es fundamental que la ciudad funcione como un todo y no como “fragmentos” que contribuyen a un acceso muy diferencial de los habitantes al mercado de trabajo, a los medios de transporte o a otros servicios que ofrece “la ciudad”. Sin dudas, el crecimiento urbano sin planificación es la fuente de muchos problemas sociales y naturales referidos a la vulnerabilidad y a la incertidumbre de la población, escenario en el cual también puede aplicarse la teoría social del riesgo, por ejemplo problemas de orden ambiental, como se mencionó en el artículo.
Es necesario proyectar algunas de las ideas expuestas aquí en concretos proyectos de planificación que intenten promover soluciones efectivas a la población que vive en estos ámbitos donde se nota en gran medida la segregación social y la exposición a toda clase de adversidades de índole económica, social y cultural.

domingo, 21 de marzo de 2010

Los Barrios y la Vida Cotidiana

Este es un tema que me ha venido interesando bastante en el último tiempo y que muestra con claridad una geografía donde se establecen ciertos valores compartidos y sobre todo donde se construye una identidad común; hablamos: del barrio. Este es un ámbito que puede asociarse con la escala más "micro" cuando nos referimos a recortes territoriales más amplios como una ciudad, una región o un país. No deja de ser interesante, por otro lado, las manifestaciones de la vida local en el espacio que es co-constituido por todas aquellas acciones municipales pero también por las vecinales que le otorgan a ese ámbito características específicas, y hasta cierto punto intrínsecas, puesto que cuenta con una historia, y ello a las claras explica la dinámica propia del barrio, y su desarrollo urbanístico.
Siguiendo a Denis Merklen, autora que analiza el tema de los barrios populares en la democracia en América Latina, pero con eje de análisis en la Argentina, algunas cuestiones que ella plantea son la relación de ese territorio con la cohesión social, mediante el despliegue de algunas estrategias de supervivencia por parte de diversas familias que cuentan con escasos recursos económicos para la adecuada autorreproducción social. La vinculación de estos "ámbitos domésticos" con los proyectos políticos, y el emplazamiento de políticas de desarroll0. Son todas estas, preguntas inquietantes que deberían encontrar respuesta en lo que puedan obtener de los gobiernos, principalmente a escala municipal, y en menor medida de los habitantes mismos, puesto que dependen sustantivamente de las solidaridades locales (Pobres Ciudadanos, p. 137) en su lucha contra la pobreza, aunque no se logren resultados, frente a lo que si puedan aportar el acceso a un mercado de trabajo estable y la coordinación con diferentes entidades institucionales. Asimismo, el acceso a los servicios básicos es, en todos los casos donde se hace visible la huella de la precariedad y la marginalidad, un resultado de la acción política. Concomitantemente con estos procesos de fragmentación social, se cristaliza la imagen del gueto, un concepto sociológico que alude a formas urbanas como las villas miseria, en Argentina o Uruguay, y las favelas, en Brasil. Esta accesibilidad a los servicios, como se señaló más arriba, es resultado inherente de diversas experiencias de reclamo de estos grupos sociales en relación con el sistema político local, donde pueden efectivamente canalizar sus demandas. En este sentido, la movilización en los barrios populares resulta un recurso fundamental, donde aparentemente el Estado de Derecho no distribuye sus accionares democráticos, los relacionados con la inclusión y el bienestar (ver entrada Los Asentamientos, y la precarización social), mas bien, se hace presente una regresión de las posibilidades que antaño contaban los sectores vulnerables.
Frente a esta situación existe otra "categoría" de barrio que desde hace unos 20 años se ha precipitado su formación y posteriormente su expansión hacia el norte del Área Metropolitana de Buenos (AMBA), el denominado barrio cerrado o "countrie". Esta es una expresión inglesa que se ha extrapolado hacia diversos países de América Latina con las políticas neoliberales que conjugaron procesos de crecimiento y pobreza, alimentados de una creciente segregación socio-espacial, visible sobretodo desde los años `90. La apertura de la economía permitió generar esta nueva dinámica caracterizada por el desarrollo de proyectos inmobiliarios en áreas que con anterioridad no disponían de una elevada renta del suelo, pero que con la llegada de importantes sectores de clases altas en busca de "naturaleza" y de "desprenderse" de la vida urbana en las grandes ciudades, optaron por la residencia en estas áreas, que paralelamente al deterioro del tejido urbano de algunas zonas del sur del AMBA, nos encontramos con una revalorización del espacio en por ejemplo las localidades de Pilar y Tigre, dos de los máximos exponentes de esta situación residencial establecida por un conjunto de desarrolladores privados, potenciada por inversiones que provenían del exterior, dando lugar a un más dinámico y efímero límite entre lo urbano y lo rural. Espacios entonces que comenzaron a a estar en un lugar privilegiado respecto a la generación de actividades secundarias y terciarias que fueron, en cierto modo, "desurbanizándose" y generando nuevas modalidades de producción-circulación y consumo. No es paradigmático sostener por tanto, que fueron el epicentro de la nueva lógica capitalista a escala global, y de la decreciente intervención del estado en algunas esferas de la economía, con lo cual algunos autores, como Pablo Ciccolella comenzaron a hablar de "crisis de la ciudad", infiriéndose hacia mediados de los `90 el desarrollo de un modelo de desarrollo urbano dual, trasladable a la escala del barrio, donde esta dualidad se expresa entre los barrios ubicados por ejemplo hacia el norte y hacia el sur del AMBA, pero también al interior de la Ciudad de Buenos Aires, como es el caso entre el contraste entre zonas residenciales y las villas miseria, o en la ciudad de Retiro, donde esa significativa diferencia intraurbana es también muy elocuente y evidente.
Un ejemplo que explica en gran medida estos hechos, en los denominados barrios privados, que encuentran su "debe ser" en la nueva dinámica geográfica es sin duda alguna, la construcción de autopistas que conectan de forma directa estos nuevos subcentros (que desplazaron hacia un segundo plano a los tradicionales) con la ciudad central, han fomentado por otro lado el desarrollo de un archipiélago de islas urbanas, conectadas por esas vías de alta velocidad. Una cuestión que merece tener mayor tratamiento teórico, es la falta de intervención del Estado en las áreas de planificación urbana, más allá de que el papel que desempeñaron los agentes privados fue obsecuente con la apertura económica y la "necesidad" de obtener más esparcimiento para unas pocas familias en relación con ciudades con una densidad demográfica sustantivamente mayor.
En cierto sentido, las diferencias socioeconómicas existentes con los barrios populares y cuyo resultado mas evidente es la fragmentación socio-espacial, constituyen la postal de un país que ha venido experimentado diversas fracturas en su matriz social, caracterizada hasta mediados del siglo XX, por una homogeneidad, respecto a una mayor cohesión social, que hoy ciertamente es inexistente.
La redistribución del ingreso, el fomento de un mercado de trabajo formal y el desarrollo de políticas sociales y urbanísticas que disminuyan las distancias sociales en la población, es un requisito indispensable en la búsqueda de la equidad que pretende lograrse.
La vida cotidiana en los barrios juega un rol importante en estos nuevos tiempos puesto que este ámbito espacial, al constituirse en una determinada condición de arraigo de estos grupos sociales de diferente status social y/o étnico (respecto a que se traduce en una expresión territorial específica), posibilita la capacidad de expresión de los sujetos sociales, variable según el status social de los sectores de la población. El barrio en definitiva se trata de un lugar donde se condensan los contenidos ideológico-políticos y económicos y una entidad que en cierta manera, y según los casos, expresa la necesidad de cambios. Es por su escala, un territorio donde confluyen más rápidamente los procesos y las contradicciones en el contexto de las relaciones sociales, que conducen a la formación de la identidad local.

viernes, 19 de marzo de 2010

La Geografía Hoy

Abrir este blog supuso para mí poder empezar a expresar algunas ideas y opiniones sobre lo que entendemos por geografía, cuyo objeto de estudio es sumamente interesante y es lo que me motivó a seguir esta disciplina en la facultad. En general se puede pensar en el espacio (geográfico) como un espacio soporte, según las viejas tradiciones. Lo cierto es que las ciencias avanzan en su campo epistemológico y siempre se desarrollan nuevos conceptos y nuevas aportes teóricos que contribuyen a que ello suceda, ese es de alguna manera el "devenir científico". Lejos ya de las concepciones que primaron hasta principios de los años `70, la geografía está inmersa hoy día de las contribuciones de diversos campos de las ciencias sociales, lo que permitió desligarse de los métodos de las ciencias exactas, por ejemplo de las matemáticas. Los aportes de diversos exponentes de la escuela marxista, como David Harvey y Milton Santos permitieron desarrollar un cúmulo de nuevos conceptos para "ilustrar" la realidad geográfica que desde esa época comenzó a concebirse como una relación multidireccional entre la sociedad y el espacio, donde según Milton Santos el espacio es concebido como un producto social; es decir el espacio es simultáneamente materialidad y acción, dado que influye de alguna forma en las decisiones de los diferentes actores, sujetos y agentes sociales. Esto demuestra la importancia de categorías tales como fijación de valor, donde ante todo el valor es trabajo acumulado por el hombre. Otro tema importante que señala el autor analizado, y que va de la mano con lo anterior, es entender a la naturaleza desde el punto de vista de las modificaciones humanas que se han realizado desde la antiguedad. Estos cambios que hizo el ser humano de su entorno, fue adaptarlo a sus necesidades a través del tiempo y la transformación en una "segunda naturaleza" fue el resultado en ciertas partes del mundo (incluso en la época precolombina) de los avances realizados en la tecnología y la aplicación del conocimiento humano, sería tomar a la naturaleza más como medio que objeto de trabajo, según Marx. Otros científicos sociales muy significativos respecto a reflexiones sobre la dimensión espacial han sido Edward Soja, Henry Lefevbre y Manuel Castells, con aportes desde la sociología, y que contribuyeron con teorías enriquecieron notablemente el panorama de la geografía. Puesto que es una ciencia social, somos conscientes que las subdisciplinas naturales de esta ciencia, que se ocupan de estudiar los componentes biofísicos de la Tierra y su interacción (a distintas escalas), permiten comprender el espacio como una totalidad, siendo que utilizamos recursos y debemos comprender el "sustrato" biofísico para poder convertir esos elementos en recursos naturales, los cuales permiten nuestra supervivencia y el desarrollo de actividades económicas por ejemplo, en suma, se trata de reconocer a esa "naturaleza" como dinámica de la cual todos formamos parte.
Lo mejor que podría pasar es dejar de reconocer el paradigma de la descripción, ríos más largos, montañas más altas, ciudades más pobladas, y prestarle atención a esta disciplina que cada día reclama lo suyo, en aquellos ámbitos donde aún no se le reconoce su status epistemológico y continúa siendo como una ciencia dependiente de otras para con sus explicaciones. Las transformaciones en el mundo se trasladan a la construcción de nuevos enfoques puesto que cambian las concepciones de los que se encargan de estudiar esa realidad en permanente cambio. La geografía entonces, más allá de algunas apariencias, tiene mucho para decir al respecto.